Dios” (Efesios 6:6). “Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Juan 14:15). Para la persona que ha nacido de nuevo, “sus mandamientos no son gravosos” (1 Juan 5:3). Servirle es un deleite, no simplemente un deber, y le obedecemos porque le amamos. “El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón” (Salmo 40:8). Entre Lucas 17:10 y 11 tuvieron lugar los sucesos de Juan 11, mientras el Señor Jesús iba a Jerusalén. En la frontera entre Samaria
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